domingo, 24 de abril de 2016

TERTULIAS LITERARIAS DEL BUÑUEL

En la última tertulia de este mes de abril, hubo un empate con dos relatos ganadores, aquí los dejo para que los disfrutéis.


DESDE TU BALCÓN

Ella era mi vida. Aun así era consciente de que cuando creciera la tendría que dejar volar hasta donde ella quisiera. Por eso disfrutaba cada segundo a su lado. Y así, sentadas las dos, mirando las estrellas desde el balcón de su habitación, me sentía la madre más afortunada del mundo. Las observábamos todos los días mientras me preguntaba todo aquello que le creaba curiosidad. Yo siempre le respondía con una dulce sonrisa, regalándole todo mi amor hasta que sus ojitos se cerraban por el cansancio. Apoyada en mi hombro la cogía despacio en brazos y la acostaba dándole un beso en su mejilla. Ella medio sonreía y volvía a quedar profundamente dormida.
 Hoy la vida nos separó. Como siempre imaginé partió lejos de casa para aprender y hacer realidad sus sueños.
 Y al caer la noche, desde su balcón, contemplo la noche estrellada sabiendo que estará cumpliendo la promesa que nos hicimos, mirando al cielo ambas a la vez, recordando todos y cada uno de aquellos momentos bonitos donde ella recibía mi amor incondicional y yo el cariño, la dulzura y la bondad de mi preciosa hija bajo un cielo lleno de estrellas…


Butterfly


La Esencia

Ella siempre ha sido honesta y no se lo reprocho. Me ha acompañado desde que tengo uso de razón, ha sido paciente conmigo. Me enseñó a dar los primeros pasos en la vida, me ayudó a crecer.
Con ella aprendí a quererme y a aceptarme,  sabía que no iba a ser fácil y que el camino costaría trabajo, aún así buscaba la forma de hacerme avanzar. A veces fue tremendamente dura, otras exigente, pero de ella aprendí que los momentos más difíciles pueden  ser una fuente de aprendizaje. En ocasiones, me hizo descender a los infiernos, en ese instante la odiaba, pero era sólo para  demostrarme que podía ser más fuerte de lo que creía.
Ella es divertida, tiene una sonrisa preciosa donde las haya, con ella he llorado, me he reído, me he imaginado en otro mundo. Ha sido una mujer de carácter, emocional, me enseñó a amar con intensidad, a ser sensual, a disfrutar del sexo y a veces, sólo por sus impulsos, me rompió el corazón. Consciente de ello, me enseñó a cuidarme, a saber decir adiós, a dejar que la vida fluya y a tener amor propio.
Gracias a ella llegué a pensar con mayor claridad, valorar las pequeñas cosas, disfrutar los momentos, a luchar por lo que consideraba más justo. Ella es mi parte femenina…mi esencia.

Mar Cantos

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