DONDE
TÚ ESTÉS
Nunca me había gustado ese lugar. Los hospitales me
causan desasosiego. Ese edificio me provocaba una sensación de inquietud y
soledad inmensa. El frío color de sus paredes, el devenir de gente que viene y
va, semblantes serios, batas blancas, largas esperas, la mayoría de ellas con
cierta ansiedad.
Pero aquel día que tú decidiste nacer, cambió mi visión
por completo. En cuestión de horas, los
tonos fríos de sus paredes… eran cálidos, la expresión de la gente…alegre, las
batas blancas y verdes…mis héroes que te ayudaron a nacer, la espera… la más
preciada que jamás imaginé.
Tuve que quedarme allí, contigo, varios días. Los
necesarios para recuperarme y salir a sonreír al mundo como nunca le había
sonreído. Agradecida y emocionada por el regalo que me había ofrecido la vida.
Y ahora, con el paso del tiempo, cada vez que paso por
aquel lugar, me viene a mi recuerdo el sentir en mí tu cuerpo tan pequeño, tu
mirada profunda, tu olor a bebé, tus diminutas manitas, tu deliciosa sonrisa… Y
me vuelvo a contemplar, al lado de tu cunita, en aquella mágica habitación,
donde supe por vez primera que te querría para toda la vida y que acababas de
convertirte en lo más importante para mí. Yo pasé a un segundo plano y tú, mi
vida, a guiar mis pasos…
BUTTERFLY
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