TENGO MIEDO (MIEDO A VIVIR)
Solamente se escucha el
monótono y bronco ruido de un motor viejo. La noche, totalmente oscura, deja
ver un cielo cuajado de estrellas. El frío es intenso. La húmeda brisa me
golpea la cara. De vez en cuando un chapoteo me recuerda que estoy en medio del
mar. Nadie dice nada. Hacinados, pegados unos a otros, regalamos el poco calor
que nos queda. Y compartimos el mismo miedo, la misma duda.
Adormecida, recuerdo el por qué de esta
dura travesía. Miedo. Al hambre. A la guerra. Sí, miedo a la vida. Una vida
cargada de llanto, de soledad, y de injusticia.
En
mi vientre se mueve mi hija, esa vida que me lleva a buscar otra vida. Y por
eso prefiero tener miedo a la muerte, en lugar de tenerle miedo a la vida.
A lo
lejos, unas diminutas luces, nos advierten la proximidad de la costa. Hay que
llegar. Rápido. Antes de que amanezca. Y el silencio se rompe al unísono con un
grito de júbilo. Nuestro sueño se acerca. ¡Calma, calma! Susurra el patrón.
Ya se divisa la orilla, llena de espuma
blanca. El cielo clarea. Y de la nada, surge un foco de luz que ilumina unos
rostros cansados. Una luz, que también representa esperanza.
Hija
mía, aquí estamos. Y ya el miedo, habrá que olvidarlo.
Inma Fórmica